Si supieras que tu hijo viene con una mal formación y estuviera a tu alcance ¿editarías sus genes? Supongamos que no trae ninguna mal formación pero está a tu alcance hacerlo más alto, más resistente a enfermedades, más atractivo físicamente, ¿lo harías?
Parece difícil –por no decir imposible– argumentar en contra de esto pero el debate de la edición genética se encuentra lejos de un simple “sí, hagámoslo” o un rotundo “no, no hay que hacerlo”.
Es decir, cuando entramos en el debate sobre las “drogas inteligentes” con la pregunta ¿debería permitírsele a los estudiantes utilizar “drogas inteligentes”? solemos caer en una dicotomía de sí o no; dejando de lado las precauciones que debieran tomarse por si algo sale mal. Es decir, los puntos intermedios. “Sí, pueden tomar drogas inteligentes siempre y cuando…, sólo si…, o bajo las condiciones de…, etc…” sería un ejemplo.
Esto abre una oportunidad para reglas regulatorias, el problema aquí entonces se convierte en cómo debemos regular la edición genética (o cualquier otra tecnología emergente).
Lo primero sería abrir la mente a otras opciones que no sean sólo permitir o negar. Es decir, entre esas dos opciones existen otras más que podemos utilizar como: alentar, exigir, desalentar.
Segundo, ¿a quién se le debería permitir, alentar, exigir, negar, etc…?, ¿sólo a los científicos, a los ricos, a los físicos o a todo el mundo?
Tercero, ¿quién debería hacer las regulaciones? ¿Los gobiernos?, ¿las organizaciones científicas?, ¿los empresarios que financian la investigación genetista?
Pongámoslo así ¿quién debería tomar esas decisiones y cuán a menudo deberían hacerse revisiones de las mismas?
Parece obvio que la edición genética es una útil y poderosa herramienta tecnológica. Además todo parece indicar que los beneficios son superiores a las posibles desventajas, por tal, no debería haber debate sobre si permitirse o no utilizarla.
El verdadero debate sería entonces ¿quiénes deben regular su uso y de qué manera han de hacerlo?. ¿Cuáles serían las bases para regular el asunto? ¿Cómo lo regulamos para que una vez que hayamos experimentado con esta tecnología aún tengamos la opción de volver atrás, de retractarnos o de aceptarla completamente?
Este es un debate que le concierne no sólo a la bioética sino también a la filosofía política, a la filosofía de la ciencia e, incluso, a la filosofía de la tecnología. Definitivamente vale la pena detenerse a pensar en esto.
Fuente: https://phys.org/news/2015-12-debate-gene-editing-technology-black-white.html
https://phys.org/news/2015-09-human-genome-editing-proceed-uk-science.html
https://theconversation.edu.au/
